miércoles, 22 de septiembre de 2010

NOTICIA

Villa saca petróleo de la mina asturiana

El Barça logró ante el Sporting una victoria muy trabajada en una noche en la que faltó chispa y velocidad al equipo. Los de Guardiola ofrecieron un partido muy discreto que recordó al del Hércules en varias ocasiones. Tan sólo Villa pudo desatascar el muro construido por Manolo Preciado con un gol en los primeros minutos de la segunda mitad

Guardiola tendrá que idear un antidoto porque da la sensación de que habrá muchos partidos como los de este miércoles en el Camp Nou. De momento, equipos a priori inferiores como Hércules o Sporting ya han hecho una declaración de intenciones y han puesto las cosas muy complicadas al campeón de Liga. Los equipos vienen al ‘estadi’ con la intención de esperar atrás y presionar hasta la extenuación para que los ‘cerebros’ del Barça no puedan carburar. Su único interés es no encajar ningún gol y tratar de aprovechar cualquier error de los blaugrana para intentar marcar al contraataque.

Fue un partido feo, de esos en los que el aficionado no disfruta y en los que parece que el encargado de llevar la batuta del equipo sea la sombra de Xavi.

Fiel a su guión de juego habitual el Barça mandó sobre el césped desde el primer minuto encerrando en su campo al Sporting, lo que permitió que los blaugrana se hicieran con el 85% de la posesión nada más empezar.

Sin Leo Messi ausente por lesión fue David Villa el encargado de ocupar el centro de la delantera. El ‘guaje’ tenía la oportunidad de marcar ante el equipo que le vio crecer jugando en la posición que más le gusta, en esa en la que ha deslumbrado al mundo con sus goles. El asturiano jugó flanqueado por Iniesta y Bojan, que una vez más no tuvo suerte en los minutos que le brindó el técnico.

Como ya ocurriera en otros partidos del curso, el dominio inicial no se tradujo en un aluvión de ocasiones. Podríamos decir que el Barça estuvo espeso, que lo estuvo, pero lo cierto es que los hombres de Manolo Preciado estuvieron muy atentos cerrando todos los huecos. El partido recordó en ocasiones al del Hércules. A los blaugrana les costaba sorprender y a su juego le faltaba esa electricidad que sí tuvo en el Calderón. Los visitantes esperaban agazapados atrás cualquier pérdida de balón para salir al contragolpe.

Las pocas ocasiones más claras de la primera parte llevaron el sello de Iniesta, -en una acción muy similar al gol que coronó a España como campeón del Mundo-, y de Villa, que jugó de delantero centro como a el le gusta. El asturiano tenía muchas ganas de marcar, tantas que se fue al descanso sin ver puerta tras errar dos remates que normalmente no suele fallar.

CAMBIO NATURAL Y GOL

Guardiola no lo veía nada claro y decidió hacer cambios en la segunda parte. Piqué entró por Puyol, que sufrió una contusión en el gemelo y Pedro entró por Keita. El canario ocupó la delantera retrasando a Iniesta al centro del campo, recuperando así la normalidad en la alineación.

Eureka! Debió pensar el de Santpedor, ya que cuatro minutos después de la reanudación Villa remataba a las redes el primer gol de la noche a pase de Dani Alves. El asturiano marcó cuando el Barça más lo necesitaba pero si alguien pensaba que con el 1-0 el resto sería coser y cantar se equivocaba.

Los de Guardiola no acababan de carburar y el segundo gol se hizo de rogar. De hecho fue el Sporting el que estuvo cerca de empatar en su primera llegada con una acción de Barral en el 68’, interceptada magistralmente por Milito. Justo un minuto después Guardiola hizo entrar a Mascherano en detrimento de un Bojan al que le volvió a faltar suerte en los momentos decisivos.

La entrada del argentino tampoco mejoró el panorama y los últimos minutos se hicieron demasiado largos para un Barça que no tuvo su noche. Mal partido pero tres puntos más que sirven para no perder la estela del líder.

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